domingo, 26 de septiembre de 2010

El Jamón de Nervión

Cervecitas, altramuces y serrín




Una década. Sólo basta una década para cambiar el gusto de una afición. El centenario se queda atrás y la nueva oleada de sevillistas pregona una imagen completamente distinto a la vivida años atrás. Ahí está también la evolución de
una entidad. El ir mejorando paso a paso es síntoma de que las cosas se están haciendo bien, que el estancamiento pasado suena a barroco y que la gloria sabe ya diferente.

Cada equipo, cada entidad, tiene siempre un sector más crítico. Pasa en todas las buenas familias, y más, si se ve alimentado día a día por las masas informativas que enfatizan en algo que sólo ellos ven y que al fin y al cabo, acabamos viendo todos, porque en eso consiste el contagio.

Hace diez años en Nervión, el alimento más visto en las gradas era el Jamón de York, herencia de generación tras generación. Acostumbrados a las penurias y a las alegrías que nos daban los derbis o las victorias ante los superpoderosos Madrid y Barsa. Pero la entidad cambia, y el ambiente en las gradas se tornaba más exigente, síntoma de la buena marcha del equipo. A raíz de una serie de títulos, de la presión de muchos sectores y del haber comido Jamón de la Sierra de Huelva durante cinco años, ese que suda y se queda pegaito en el plato aunque lo pongas bocabajo, la presión hacia la entidad cambia por completo.

La gente no es tonta, y a lo bueno se acostumbra todo el mundo. Ahora la afición pide 5 goles al Racing, jugar como el Milán de los 90, que Cigarini sea nuestro Xavi particular, que Luis Fabiano meta tres goles todos los partidos... Y eso no puede ser. Cuando vienen mal dadas ,por lo que sea, hay que estar con el equipo y ser críticos cuando haya que serlo, pero creernos ahora el Madrid o el Barça por ganar 6 títulos es para que ese aficionado sevillista deje de ir al campo y se haga unas mechas de color platino. Eso es así y si no, que mire los títulos y presupuestos de cada equipo.

Hay que poner los pies en el suelo. Creer a base de trabajo y constancia. No sé si Álvarez, si Jiménez, si Laudrup, si Manzano, si Emery o si el niño de la moto son buenos entrenadores del Sevilla. Yo lo único que creo es que nosotros somos el Sevilla, que estamos cambiando el futuro de la entidad, y que la casa se comienza por abajo, y que hay que seguir creándola desde abajo. Qué no todos los años vamos a ganar títulos ni todos los años vamos a pelear por la liga. Hay que mantener una estabilidad y sino, que se lo pregunten al Depor, al Valencia, o al At.Madrid... es muy duro mantenerse seis o siete años arriba, no lo estropemos ahora. El trabajo del Sevilla es para enmarcarlo y ser estudiado por las grandes empresas en un futuro. No destiñamos entre todos esa labor. Y cuando digo todos, me refiero a afición, prensa, estamentos públicos y privados.

En mi caso sólo como jamón de pata negra a trocitos en el salmorejo y en Navidad, así que yo ,l o disfruto a tiempo parcial. El resto del año, bimbo con york y queso. Excelente merienda para no perder la perpectiva de la vida.

1 comentario:

Carlos dijo...

Pues nada. A la calle el señor Álvarez. 10 partidos el año pasado y una final de copa ganada. Pretemporada nefasta al comienzo de ésta ( con previa y supercopa de españa falladas ) y un inicio de liga titubeante.

Muchos pensaban que el SFC debería haber fichado a un entrenador en verano. Manzano o Pellegrini. Y no ahora.

Aún es temprano para retomar cauces. Tan sólo han pasado 5 partidos