Ha nacido una estrella. El centrocampista alemán, Mesut Ozil, maravilla al mundo con una soberbia actuación en la goleada teutona a una débil Australia. Podolski, Klose, Muller y Cacau fueron los goleadores de un partido donde por fin hubo fútbol del bueno gracias a la apuesta por el balón de los alemanes. Los de Joachim Low presentan su candidatura al cetro mundial.
El crack: Mesut Ozil
(3 puntos)
Ha nacido una estrella. Sin lugar a dudas, Mesut Ozil se ha convertido en la sensación de lo que llevamos de Mundial gracias a una majestuosa actuación, liderando la goleada de Alemania. Su prodigiosa zurda barrunta un cambio de estilo en el juego de los teutones, que sorprendieron a propios y extraños con una propuesta futbolística donde el balón es el máximo protagonista.
El vuvuzelazo: Schwarzer
El portero de la selección australiana se llevó un saco de goles y, por consiguiente, el premio vuvuzelazo del partido sin quererlo ni beberlo. Quizás no tenga culpa de la pésima actuación de su equipo, pero puedo hacer más en los dos primeros goles de Alemania. La televisión cazó al guardameta con los ojos cerrados justo en el momento en el que se produce el disparo de Podolski, que supuso el 1-0. En el gol de Klose, Schwarzer salió a por uvas y se comió por alto un cabezazo inapelable del ariete teutón. El cancerbero australiano merece que John Travolta no le permita subirse a su avión y quedarse en Sudáfrica un tiempo hasta que la afición olvide este partido. Seguro que la lía.
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